¿Os ha sucedido alguna vez, como profesionales del marketing digital, que habéis topado con un cliente que, lejos de proporcionaros unos sustanciosos réditos económicos, os ha hecho desear dedicaros a otra cosa? Estoy seguro de que sí, y que en más de una ocasión. Es lo que tiene trabajar en una actividad creativa cuyos resultados no siempre son visibles, ni inmediatos, ni mensurables. Aquí os voy a presentar una tipología de clientes tóxicos, difíciles y pesados que he conocido a lo largo de mis años como profesional del Marketing y de cómo tratarlos para que no os hagan perder ni el tiempo ni la paciencia.
Resumen de Contenidos
😡 Qué es un cliente tóxico
Llamamos cliente tóxico a aquel que manifiesta una serie de comportamientos tales como:
- No valorar tu trabajo.
- No querer pagarte o demorarse eternamente cuando llega el momento del pago, poniendo todo tipo de excusas.
- Meterte prisa y agobiarte con mensajes y llamadas a horas intempestivas, fuera del horario de oficina.
- Exigirte mucho más que los servicios que ha contratado.
- Ponerse agresivo y amenazarte (esto ya sería lo último que se puede tolerar).
Un cliente tóxico puede combinar dos o más de estas actitudes. Una personalidad de este tipo es muy nociva, y puede hacerte perder el tiempo, la paciencia y la autoestima. Lo que es seguro es que perturbará tu paz, y probablemente tu actividad profesional se resienta como consecuencia de ello. Incluso puede afectar a tu vida personal, lo que es aún más grave.
Mi consejo es que al primer atisbo de un carácter borderline o de una actitud desafiante y/o conflictiva, te deshagas de ese sujeto. Después de todo, la gran ventaja de tener clientes y no jefes es que tú decides con quién y para quién trabajas.
😡 Tipología de clientes difíciles: los clientes tóxicos
A todos los que llevamos años en esto del diseño de páginas web en Bilbao nos ha pasado alguna vez. En algún momento, más temprano que tarde, todos tenemos que lidiar con la desagradable situación de tener que romper relaciones comerciales con un cliente que se descubre tóxico y extremadamente nocivo para nuestra paz interior. A nadie le gusta quedar mal con un cliente, pero a veces es inevitable la colisión, pues las personas conflictivas siempre han existido y existirán y estarán ahí para sembrar vientos de discordia, y más cuando hay una transacción comercial de por medio.
Desde luego, comunicarle a un cliente que ya no queremos seguir con él y que hemos decidido abandonar su proyecto, a poder ser con buenas y civilizadas palabras, es un momento duro e incómodo que nadie desearía tener que afrontar, y no ya por la pérdida traducida en términos económicos, sino por el daño resultante en la confianza y en la imagen de la empresa.
😡 Tipos de clientes según su personalidad
Hay muchas situaciones que pueden darse en una relación laboral que nos hagan replantearnos si merece la pena continuar. Aquí voy a exponer algunas de las más comunes que en las que yo mismo me he visto involucrado, muy a mi pesar, en alguna que otra ocasión. Para ello trazaré los perfiles de estos 10 tipos clientes tóxicos a los que es mejor evitar; o si ya es demasiado tarde y se han colado en nuestras vidas, renunciar.
😡 Tipologías de clientes y sus características principales
Entre los muchos y variados tipos de clientes que te puedes encontrar en una agencia de publicidad en Bilbao, éstos son algunos de los que, por desgracia, más abundan, por lo que es bueno que los conozcas y sepas cómo tratarlos.
1-El cliente roñoso
Es un fenotipo muy común que no engaña a nadie y que, por lo general, desde el principio deja ver su verdadera naturaleza. Muchas veces bajo una falsa apariencia de simpatía nos pide descuentos y ofertas y regatea hasta la extenuación todos los precios. Piensa que nuestra empresa es un bazar turco, y no valora nuestro trabajo (al ser un trabajo creativo, tiene una excusa perfecta para cuestionarlo todo, hasta la última coma). Si le damos la mano, nos cogerá el brazo, y nos desangrará lentamente como una sanguijuela. El posible beneficio económico que podamos obtener de él jamás podrá compensar las muchas horas de dedicación y la sensación que todo nuestro esfuerzo habrá caído en saco roto. Con lo poco que cuesta ser agradecido.
2-El cliente hiperexigente y permanentemente insatisfecho
Este cliente combina la exigencia (muy lícita en todo aquel que paga por un servicio) con una falta de empatía que le lleva, indefectiblemente, a mostrarse crítico e insatisfecho con todos nuestros diseños. Jamás podremos colmar sus altas expectativas y contentarle, por lo que nos hará perder un tiempo valiosísimo buscando un Santo Grial que, por supuesto, sólo existe en su imaginación. Por si fuera poco, nos hará sentirnos muy frustrados y antes o después nos veremos abocamos a un enfrentamiento verbal con él. Este tipo de cliente suele darse con especial frecuencia en el diseño de logotipos, pues es bastante habitual que alguien tenga una idea metida entre ceja y ceja, y que esa idea sea irrealizable o vaya en contra del buen gusto, y no se deje asesorar por el experto. Qué gran mentira eso de que el cliente siempre tiene la razón.
3-El cliente moroso
Un clásico. Hay muchos clientes que esperan ver pronto resultados, pero nunca les llega la hora de pagar (quién fuera un Lannister, ¿verdad?). Nos obligan a algo tan violento como recordarles que nos deben dinero, como si fuéramos el cobrador del frac, y siempre nos dan largas inventándose alguna excusa peregrina. Definitivamente, estos clientes no valoran nuestro trabajo, y si pueden, se escurrirán como lagartijas para no pagar lo que nos adeudan. Probablemente confían en que lo dejemos pasar y nos olvidemos del asunto. Por desgracia, a veces es así (y como soy un caballero, me abstengo de dar nombres).
4-El cliente desabrido
Éste no es tan común, pero te lo puedes encontrar. Al mínimo desacuerdo se mostrará agresivo y violento, llegando incluso, en el peor de los casos, a la amenaza física o verbal. No hace falta añadir mucho más. Tenemos que huir de él como de la peste. Aunque nos cueste dinero, ganaremos en salud.
5-El cliente indeciso
A veces se parece al exigente e insatisfecho, aunque no tiene por qué mostrarse tan terco y obstinado. No es tan desagradable como los anteriores, pero también puede ser problemático. Como no sabe lo que quiere, es muy difícil acertar con él, y como siempre pasa en estos casos, corremos el riesgo de meter nuestro tiempo en un saco sin fondo.
6-El cliente aprovechado
Es muy parecido al roñoso, pero a diferencia de aquél, éste no pide los descuentos al principio, sino que se aprovecha de ser nuestro cliente para solicitar posteriormente que le hagamos todo tipo de trabajos gratuitos (actualizaciones, mantenimiento, un rediseño), a modo de favor. Si accedemos a sus ruegos (e intentará engatusarnos usando su labia y elocuencia), estaremos despreciando el valor de nuestro trabajo y desprestigiándonos como empresa. Si él no regala su tiempo y su esfuerzo, ¿por qué piensa que tú sí? A estos clientes habría que escribirles en letras capitulares: «NO SOMOS UNA ONG».
7-El familiar o amigo
Es un axioma archisabido que no es bueno mezclar lo laboral con lo personal, pero así y todo, a veces sucede. Los familiares y amigos, por el hecho de serlo, y en ocasiones sin malicia, suelen esperar que les demos un trato de privilegio, y si se lo permitimos, se aprovecharán de nuestra buena voluntad y más que nuestros clientes acabarán siendo nuestros jefes.
8-El cliente aplazado
Cumplir con los tiempos acordados es algo que todo profesional debe tener en mente cuando realiza un proyecto, pero hay clientes ciclotímicos que representan un dilema, pues tan pronto te están exigiendo resultados inmediatos como se desentienden durante semanas y meses, y entonces toca ir detrás de ellos. Uno no sabe qué es más molesto, si que le estén atosigando con el cronómetro en mano, o tener una web paralizada porque el cliente no parece tener ninguna prisa por tenerla acabada. A ellos quizá no les interese pagar, pero a nosotros nos interesa cobrar por el trabajo realizado.
9-El cliente listillo o mal aconsejado
¿No os ha pasado alguna vez que os piden un presupuesto para una página web y luego os dicen que no necesita logotipo porque ya se lo hará su sobrino, su primo, su amigo o Perico el de los palotes? Pocas profesiones hay más devaluadas que la de diseñador gráfico. Algunos clientes, en su ignorancia, se creen que cualquiera puede diseñar un logo, que basta con abrir el Word, el Paint o el Powerpoint y hacer un garabato. Y también los hay que han oído o leído algo y se creen que lo saben todo, como si eso les diera derecho a tarifar tus horas de trabajo. Esto es especialmente problemático con el Posicionamiento Web SEO, donde pocos entienden que requiere tiempo y en ocasiones inversión, y exigen resultados a corto plazo, cuando ya es difícil garantizarlos. Cuánto daño hacen los amigos y la familia.
10-El cliente desnortado
Este cliente no sabe distinguir entre el plano personal y laboral, y eso lo convierte en alguien muy estomagante. Como es nervioso e impulsivo y le da muchas vueltas a la cabeza, es capaz de llamarte o enviarte WhatsApps a altas horas de la noche o de madrugada con algún extraño requerimiento, como si tú tuvieras que compartir su insomnio y sus arrebatos de locura. Puede tener buenas intenciones, e incluso puedes sentir lástima o compasión por su estado de ansiedad, pero el hecho de que invada tu intimidad le convierte en extremadamente tóxico. Deshazte de él o acabarás tomando ansiolíticos.
En resumen, tan importante como hacer bien tu trabajo es aprender a decir no. Si en nuestra web no queremos links tóxicos, en nuestra empresa tampoco desearemos clientes tóxicos. Un poco de psicología no viene mal para curarnos en salud y prevenir situaciones molestas y desagradables que minarán nuestra moral y autoestima. Os lo aseguro, en vuestra cartera de clientes nunca querréis tener una tipología de clientes difíciles como éstos.